Juan Pérez Ventura · 17/Oct/2013
El concepto ‘imperialismo estadounidense’
es aceptado por la mayor parte de la comunidad internacional, tanto por
políticos como por historiadores. Es un hecho incuestionable que Estados Unidos
ha tenido un comportamiento imperialista desde el inicio de su formación como
país, y especialmente a lo largo del S.XX.
Se puede definir imperialismo como la
“actitud y doctrina de quienes propugnan o practican la extensión del dominio
de un país sobre otro u otros por medio de la fuerza militar, económica o
política.” (fuente: RAE). Así pues, cuando Estados Unidos interviene en
Afganistán o en Iraq es una forma de imperialismo, o cuando apoya dictaduras
militares en ciertos países, o lanza guerras de prevención (por si acaso) sobre
otras naciones, es imperialismo también. Imperialismo por medio de la fuerza
militar.
Aunque también se podrían mencionar el
imperialismo político (como cuando EEUU obliga a otras naciones a adoptar
decisiones políticas por medio de presiones) o el imperialismo económico
(cuando decide poner en marcha el bloqueo a Cuba, por ejemplo), en este
artículo vamos a centrarnos únicamente en el imperialismo militar, que se
traduce en guerras y conflictos por todo el mundo.
Porque el imperialismo es un concepto que
abarca una dimensión global. No existe el imperialismo a pequeña escala. Forjar
un imperio siempre implica grandes dimensiones. En el caso del Imperio
estadounidense, está claro que el tablero donde se juega la partida es el
mundo. Ningún rincón se escapa. Desde países grandes, como la antigua Unión
Soviética, hasta países pequeños y desconocidos, como la isla de Granada. Todos
han sufrido, sufren y sufrirán alguna forma de imperialismo.
Estados Unidos, en su camino hacia la
protección del mundo y la eliminación de los enemigos de la democracia y la
libertad, ha forjado un ejército que se extiende por todos los continentes de
la Tierra. El gobierno estadounidense tiene incluso una serie de ‘Comandos de
combate’ que se reparten el mundo y lo protegen. En el siguiente mapa se
observa cómo tiene Estados Unidos dividido el escenario mundial.
800px-Unified_Combatant_Commands_map
A continuación repasamos algunas de las
guerras y conflictos en los que los Estados Unidos han tenido algo que ver.
Todas ellas han tenido lugar fuera del territorio estadounidense, ya que son
guerras expansionistas, en las que el objetivo es extender y aumentar
geográficamente el poder de Estados Unidos por el mundo. Muchas son guerras o
conflictos que nacen en determinadas naciones (como guerras civiles, golpes de
estado… etc), pero que no sólo tienen efectos en el propio país, sino que,
debido a la intervención de una potencia mundial como Estados Unidos, se
vuelven conflictos de importancia internacional. Por ello podemos decir que la
mayoría de las guerras de este tipo son al mismo tiempo conflictos locales y
globales.
INTERESANTE: En este artículo vamos a
tratar únicamente algunas guerras debido a una simple razón: abordar todas es
imposible. La lista de guerras en las que ha participado Estados Unidos es
larguísima.
Intervención estadounidense en México
(1846-1848)
Comenzamos el repaso de conflictos con una
guerra del S.XIX. Aunque es algo complicado entender ahora cómo estaban
trazadas las fronteras políticas de los estados mexicanos y estadounidenses en
esos años, lo cierto es que todo terminó con la adhesión por parte de EEUU de
los estados de Texas, California, Nevada, Utah, Colorado, Arizona, Nuevo México
y Wyoming. No está nada mal. Para ser una de las primeras guerras
imperialistas, el objetivo de la expansión territorial se consiguió bastante
bien.
Todo comenzó por un problema de fronteras,
como suele pasar muchas veces. El territorio conocido como la República de
Texas era un estado independiente, un tercer ‘país’ entre Estados Unidos y
México. México no reconocía como independiente este territorio, y Estados
Unidos aceptó adhesionar la República de Texas a su territorio nacional. El
presidente estadounidense James Knox Polk envió al ejército a vigilar la
frontera entre Texas y México (que estaba en el Río Nueces), pero en realidad
las órdenes eran traspasar el Río Nueces y llegar hasta el Río Bravo (que ya no
era territorio de la República de Texas, sino de México).
Al internarse las tropas estadounidenses en
el territorio mexicano, fueron atacados, y así se inició la guerra. El 13 de
Mayo de 1846 Estados Unidos declaró la guerra contra México. Ante el ataque de
defensa del ejército Mexicano, Estados Unidos decidió magnificar el conflicto y
atacó en varios frentes: desde el Oeste, por el territorio de la Alta
California y el Océano Pacífico, y también por Nuevo México (estado mexicano en
aquel momento).
Los territorios de Nuevo México, Alta
California, Baja California y los estados de Coahuila, Veracruz, Puebla y el
Estado de México fueron ocupados por el ejército de Estados Unidos. A los
puertos marítimos de otros estados se les aplicó un bloqueo naval. En 1847 el
General Winfield Scott entró desde el puerto de Veracruz en el corazón de
México y ocupó la capital, Ciudad de México.
mexico
El 2 de febrero de 1848 se firmó el Tratado
de Guadalupe Hidalgo, que puso fin a la guerra e intentó contentar a ambas
partes con las nuevas fronteras. Como podemos ver en el anterior mapa, el
gobierno de México llegó a ofrecer una reducción de su frontera (línea azul)
bastante considerable y generosa. Pero las ansias imperialistas
(expansionistas) de Estados Unidos eran tales que, en una proposición
vergonzosa e irrespetuosa ante México, el estadista Samuel Houston propuso que
la nueva frontera estuviera en San Luis Potosí (línea rosa), lo que habría
supuesto que México perdiera más del 70% de su territorio.
Finalmente no se realizó esa división, y la
frontera quedó establecida tal y como sigue hoy en día: a la altura de la
ciudad de El Paso. El Tratado de Guadalupe Hidalgo dio a los EEUU el control
indiscutible sobre Texas, estableció el Río Bravo del Norte (o Río Grande) como
la línea divisoria entre Texas y México, y se estipuló la protección de los
derechos civiles y de propiedad de los mexicanos que permanecieron en el nuevo
territorio estadounidense. Asimismo, Estados Unidos aceptó patrullar su lado de
la frontera y los dos países aceptaron dirimir futuras disputas bajo arbitraje
obligatorio. La conocida como Censión mexicana significo para México significó
la pérdida de más de 2.100.000 km² de tierra, el 55% de su territorio de
entonces.
El fin de la guerra parecía contentar a
ambos países, sin embargo, cuando el Senado estadounidense ratificó el Tratado,
eliminó el Artículo 10, que garantizaba la protección de las concesiones de
tierras dadas a los mexicanos por los gobiernos de España y de México. También
debilitó el Artículo 9, que garantizaba los derechos de ciudadanía de los
mismos. La banca siempre gana.
Segunda intervención en México (1914)
1914_Occupation_of_VeracruzNo contentos con
el saqueo territorial que supuso la Intervención en México en 1846, Estados
Unidos desembarcó en el puerto de Veracruz sin declaración alguna de guerra
contra México. La excusa fue el irrelevante Incidente de Tampico.
Rotas las relaciones entre ambos países,
España se hace cargo de los intereses mexicanos en Washington y las repúblicas
de Argentina, Brasil y Chile ofrecieron mediar en el conflicto, siendo
aceptados por los Estados Unidos y México. Las Conferencias de Niágara Falls
dirimieron el conflicto. Finalmente la diplomacia evitó las armas y apaciguó
las ansias estadounidenses por invadir otros países.
Tercera intervención en México (1917)
Aunque parezca mentira, tres años después
Estados Unidos volvió a adentrarse en territorio mexicano. El presidente
estadounidense Woodrow Wilson envió tropas a México encabezadas por el General
John “Black Jack” Pershing para capturar al líder revolucionario Pancho Villa.
Durante 11 meses, los 10.000 soldados de la Expedición Punitiva de Pershing
recorrieron los desiertos del inmenso estado de Chihuahua. Pershing fracasó en
su misión y quiso atacar también al Ejército Mexicano. Pancho Villa desapareció
en el extenso territorio mexicano y nunca fue capturado. Las tropas
norteamericanas, derrotadas, regresaron a Estados Unidos.
Estas tres intervenciones en México nos dan
una pista del comportamiento que Estados Unidos iba a mostrar a lo largo del S.XX
por toda la geografía mundial.
Golpe de Estado en Irán (1953)
En este episodio histórico se observa a la
perfección cómo funciona el mundo y cuáles son las artes del sistema económico
para sobrevivir. Es un caso flagrante de codicia y maldad, ya que no sólo tuvo
como objetivos derrocar un régimen democrático y explotar los recursos
naturales de otro país, sino que además se escondió durante 50 años en secreto
para que la gente nunca supiera lo ocurrido.
El golpe de Estado en Irán fue una
operación orquestada por el Reino Unido y los Estados Unidos para derrocar al
gobierno del primer ministro Mohammed Mosaddeq y su gabinete. Gracias a la
labor de Kermit Roosevelt, que trabajaba para la CIA en una operación
encubierta, se sobornó a distintos cargos de las administraciones iraníes, lo
que facilitó el golpe.
Según la BBC, Gran Bretaña, motivada por el
riesgo de perder su control sobre los campos petrolíferos iraníes, financió los
sobornos concedidos a oficiales del ejército, medios de comunicación y otros
agentes de la sociedad iraní. El proyecto para derribar al gobierno iraní
recibió, en las comunicaciones de los gobiernos británico y estadounidense, el
nombre de Operation Ajax (oficialmente TP-AJAX). El golpe devolvió al monarca
autoritario Mohammad Reza Pahlavi la posición dominante en la política iraní.
El golpe de 1953 derrocó al entonces primer
ministro iraní Mohammed Mossadeq, que había defendido la nacionalización de la
industria petrolera de Irán. Mosaddeq decidió que Irán debía obtener beneficios
de sus campos petrolíferos e inició la nacionalización de las industria
petrolífera, que era controlada en aquel entonces por la Anglo-Iranian Oil
Company (más tarde llamada British Petroleum Company). Gran Bretaña señaló que
Irán estaba violando los derechos de las compañías e incentivó el boicot
mundial al petróleo iraní, lo que produjo una crisis económica en ese país.
NOTICIA: La CIA reconoce abiertamente su
participación en el golpe de Estado que tuvo lugar en Irán en 1953.
1376929930_0Documento desclasificado hecho
público en 2013. “Campaña para instalar un gobierno pro-occidental en Irán”
“El golpe militar que hizo caer a Mossadeq
y su gabinete del Frente Nacional fue llevado a cabo bajo dirección de la CIA
como un acto de política exterior norteamericana”, dicen los documentos
desclasificados en 2011 y publicados en 2013.
Este ‘acto de política exterior’ es
denunciable y reprochable no sólo por haber tenido objetivos económicos como el
de extraer el petróleo de otra nación para enriquecer a una compañía inglesa
como BP, sino por haber motivado el derrocamiento de un régimen constitucional
y de un primer ministro elegido democráticamente por el pueblo iraní, para
colocar después una monarquía absoluta y devolver el poder a un shah
(emperador). Todo para extender el poder (en este caso político y económico) a
otros territorios del mundo. El objetivo del imperialismo se puede conseguir de
dos maneras: conquistando el territorio o colocando gobernantes afines.
Estados Unidos, país que promueve la democracia
por todo el mundo, realizó con Irán un ejercicio de hipocresía e
irresponsabilidad que no debería ser olvidado por la sociedad. No pueden dar
lecciones de democracia aquéllos que no la respetan.
MÁS INFORMACIÓN: La CIA en Irán, golpe de
Estado de 1953
Invasión de Bahía de Cochinos (1961)
El 1 de enero de 1959, después de 25 meses
de lucha guerrillera, triunfó la Revolución cubana dirigida por Fidel Castro.
Hasta entonces, y desde la independencia formal de España en 1898, Cuba había
estado bajo la influencia política y económica de Estados Unidos, incluyendo
varias ocupaciones militares (1898, 1902 y 1906). En un contexto de plena
Guerra Fría, la administración estadounidense consideró que la Revolución
Cubana era serio peligro, no solo por el hecho de tener tan próximo un aliado
de la Unión Soviética, sino porque desde muy temprano quedó en evidencia que
los nuevos dirigentes tenían intenciones de prestar apoyo a otras revoluciones
en Latinoamérica.
Los Estados Unidos suspendieron la cuota
azucarera y dejaron de comprar este recurso a Cuba, que en aquel entonces era
prácticamente su único producto de exportación con alta rentabilidad, pero
pronto el gobierno cubano encontró un comprador seguro en la Unión Soviética.
El gobierno norteamericano detuvo todas las ventas de petróleo a Cuba
provenientes de Estados Unidos y sus países aliados con el propósito
desestabilizador de paralizar la industria y en general la economía de la isla,
pero la URSS rápidamente respondió enviando petróleo crudo a Cuba, las
refinerías de capital norteamericano se negaron a procesar el petróleo
soviético. En respuesta a estas acciones injerencistas, Cuba nacionalizó
progresivamente todas las posesiones de empresas estadounidenses en el país.
Las sanciones no son suficientes: hay que
atacar
Además de decretar casi de inmediato el
embargo económico de Cuba, el presidente americano Dwight Eisenhower no tardó
en ordenar el apoyo de organizaciones anticastristas tanto dentro como fuera de
la isla que trataran de derrocar al régimen de Fidel Castro, y así se
organizaron cientos de intentos de asesinato del líder cubano por parte de la
CIA (posteriormente desclasificados). Esta situación llevó a la ruptura de toda
clase de relaciones políticas y económicas entre los dos países.
El 17 de marzo de 1960, Eisenhower ordenó a
la CIA la organización de una unidad paramilitar compuesta por exiliados
cubanos, con el propósito de derrocar a Fidel Castro. En esta misión, la CIA
tenía la responsabilidad de coordinar acciones de inteligencia con grupos
anticastristas dentro de Cuba, que pudieran facilitar la invasión. Se confiaba
en levantamientos populares contra Castro y en deserciones masivas en sus
fuerzas.
En noviembre de 1959 comenzaron a reunirse
grupos que no estaban de acuerdo con el régimen socialista, como la Legión de
Acción Revolucionaria (LAR) o la Acción Católica Universitaria (ACU). Estos
movimientos estaban formados, en su mayoría, por jóvenes universitarios
católicos de clases acomodadas, que recibieron además el apoyo de la CIA. Se
creó el Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR). Muchos de sus miembros
se trasladaron a los Estados Unidos para ser entrenados militarmente por la
CIA.
En un origen, se planeó que la operación
militar consistiría en una lucha de guerrillas, pero posteriormente una
decisión política del gobierno de Estados Unidos la transformó en una sola
brigada de combate, bautizada como Brigada 2506.
Estados Unidos 0 – 1 Cuba
Ese fue el resultado de la partida militar
que se jugó durante cinco días en las costas de Cuba. El gobierno de Fidel
Castro consiguió repeler el ataque de la Brigada 2056.
El 17 de abril de 1961, la Brigada 2506,
transportada por un carguero de la CIA, desembarca en Playa Girón y en Playa
Larga. Los primeros combates los favorecen, hasta que 20.000 soldados,
voluntarios y milicianos reunidos por Castro los rodean. Poco a poco los
invasores se quedan sin municiones y sin poder retirarse, ya que los buques de
la CIA habían sido hundidos por los T-34
cubanos.
Después de dos días de combate, la Casa
Blanca acepta enviar seis cazas del portaaviones Essex para apoyar a los
bombarderos B-26 de la CIA piloteados por cubanos, que intentarán torcer el
destino. Pero un gran error lo desbarata todo: los cazas llegan a cielo abierto
a las cuatro de la mañana, hora de Miami. No encuentran a nadie. Los B-26, que
llevaban la hora de Managua (Nicaragua) en sus relojes, llegan una hora
después.
20060825191908-hasta-aqui-llegaron-los-mercenariosCartel
que recuerda el intento de invasión en Cuba
Bahía de Cochinos fue un desastre para los
invasores: una cantidad nunca revelada de entre 100 y 400 personas murieron en
los combates, otros 1.200 fueron apresados. Fidel Castro, que se puso al frente
de las fuerzas defensoras, se mostró al mundo como un triunfador y Estados
Unidos no pudo ocultar su fracaso.
Los prisioneros anticastristas fueron
juzgados y condenados a prisión por el gobierno cubano. Los sobrevivientes
fueron canjeados a fines de 1962 con el gobierno estadounidense a cambio de 53
millones de dólares en forma de alimentos, medicinas y tractores. El 29 de
diciembre de 1962 llegaron a EEUU los sobrevivientes de la Brigada 2506, donde
fueron recibidos y homenajeados por el presidente Kennedy.
La victoria generó un enorme respaldo político
a Fidel Castro entre las masas cubanas y permitió a su régimen profundizar en
el “carácter socialista” de la Revolución Cubana, proclamado tiempo antes,
mientras que la oposición interna quedaba neutralizada por la alarma generada
durante la invasión. El mismo Che Guevara declaró poco después que el fracaso
estadounidense había resultado de inestimable ayuda pues fortalecido “como
nunca antes” el apoyo de las masas cubanas hacia el régimen de Castro,
sirviendo además de duro revés propagandístico para los EEUU.
Más intentos de invasión por parte de
Estados Unidos
Después de llegar la Brigada 2506 a Estados
Unidos, los sobrevivientes fueron invitados a ingresar en el Ejército
Estadounidense. El Gobierno decidió volver a preparar una nueva invasión, y consiguió
que el dictador nicaragüense Anastasio Somoza aceptara dar su apoyo y prestó el
territorio de Nicaragua para organizar las nuevas bases militares americanas.
Desde Nicaragua se hicieron varios ataques
de sabotaje contra instalaciones en Cuba, pero la operación terminó cuando en
1964 se atacó por error al barco español Sierra Aránzazu al confundirlo con el
barco cubano Sierra Maestra. En ese ataque murieron tres españoles, entre ellos
el capitán del barco. La CIA tuvo que pagar un millón de dólares como
indemnización a España, y el Gobierno de Estados Unidos decidió poner fin a las
actividades militares para intentar invadir Cuba.
Con estos conflictos Estados Unidos
demostró varias cosas: que insistían en expandir su poder como fuera, que no
siempre ganaban y que muchas veces hacían el ridículo. Aun así, los fracasos en
las costas de Cuba no les detuvieron para seguir, durante el resto del S.XX,
atacando e invadiendo varios países del mundo.
Guerra civil de Angola (1975-2002)
La Guerra civil de Angola ha sido el
conflicto más largo que ha tenido lugar en África. Se libró como una escalada
de la Guerra de la Independencia de Angola (1961-1974), que enfrentó a varios
movimientos angolanos enemigos y a sus aliados, pero resultó de manera
inmediata del proceso de descolonización de 1974-1975, que agudizó y amplificó
esta guerra.
El conflicto de Angola enfrentó al gobierno
del MPLA contra la UNITA, el FNLA, Sudáfrica y Zaire (actual RD Congo), que
estaban apoyados por Estados Unidos. Al gobierno angoleño lo ayudó
especialmente Cuba, que se tomó muy en serio esta guerra que Fidel llamó
“contra el imperialismo”.
468px-Angola_Ethnic_map_1970Todo comenzó
con la descolonización
Hacia el siglo XVI, Portugal y el reino de
El Congo mantenían una estrecha relación comercial basada en el intercambio: en
tanto que el reino del Congo se valía de la capacidad de recursos para
evangelizar a los nativos, convertirlos al cristianismo con el objetivo de
acrecentar su poder y autoridad, los portugueses que realmente perseguían un
fin evangelizador, también estaban atentos a otro tipo de prestaciones: la
trata de negros.
En un comienzo hubo un espíritu de
entendimiento entre ambos países, pero luego el proyecto esclavizador trajo
consigo un desequilibro tal que generó, no sólo problemas sociales, sino un
debilitamiento del poder. Fue cuando ambos bandos quedaron enfrentados y
Portugal tomó el control de una fracción de Angola. El desmantelamiento abusivo
de Angola llevó gran prosperidad a Portugal.
A mediados del siglo XX , los angoleños
comenzaron a organizarse mediante la formación del Frente Nacional para la
Liberación de Angola (FNLA) y del Movimiento Popular para la Liberación de
Angola (MPLA), independencia que logran en 1975.
Independientes, pero enfrentados
Una vez conseguida la independencia y
eliminado el imperialismo portugués, al pueblo de Angola le apareció un nuevo
enemigo: los imperialistas occidentales. Estados Unidos y Sudáfrica estaban muy
interesados en rellenar el poder que habían dejado los portugueses.
Muchos años después de que terminara el
conflicto, un analista sudafricano recordó que: “En Angola, soldados negros
–cubanos y angolanos- derrotaron a las tropas blancas en combate, esa ventaja
psicológica, esa ventaja que el hombre blanco ha disfrutado y explotado durante
más de 300 años de colonialismo e imperio. El elitismo blanco ha recibido un
golpe irreversible en Angola y los que estuvieron allí lo saben.”
Al conseguir la independencia, las Naciones
Unidas reconocieron legítimamente el gobierno del MPLA con su líder en el
poder, José Eduardo Dos Santos, pero ni Estados Unidos ni Sudáfrica lo
aceptaron. Los tres movimientos nacionalizadores: el FNLA, el MPLA y la UNITA,
quedaron entonces enfrentados por la toma del poder.
El conflicto de Angola se extendió a otros
territorios involucrando a Zaire, Sudáfrica y Namibia. Los intentos por frenar
las múltiples ofensivas fueron varias: en 1988 se firmó el Acuerdo Trilateral
de Nueva York mediante el cual Angola, Sudáfrica y Cuba aceptaban la independencia
de Namibia. Asimismo, Sudáfrica se comprometía a quitar su apoyo al UNITA,
retirando sus tropas de Angola. De la misma manera, se establecieron treguas
que no fueron duraderas.
Aunque la contienda comenzó por el rechazo
del FNLA y de la UNITA a compartir el poder con el MPLA, realmente se perpetuó
por el apoyo internacional a cada uno de los bandos, y se alargó durante la
década de los ’90 por la negación de Jonás Savimbi de aceptar los resultados
electorales de 1992. La guerra terminó sólo tras la muerte de éste en 2002,
dejando al menos 3.500 muertos, cuatro millones de refugiados y unos 100.000
mutilados, especialmente por las minas antipersonas.
El transcurso de la guerra
Por José Daniel Ferro para rebelion.org
En el caso de Angola, la más extensa y rica
de las colonias portuguesas, el gobierno de los Estados Unidos puso en acción
un plan encubierto para aplastar al pueblo angolano e implantar un gobierno
títere. Punto clave fue su alianza con Sudáfrica para frustrar la independencia
del país y convertirla en un condominio del corrupto Mobutu y del fascismo
sudafricano, cuyas tropas no vaciló en usar para invadir a Angola.
Dictadores, terroristas, ladrones y
racistas confesos, protegidos por el llamado “mundo libre”, engrosaban las
filas de los “combatientes de la libertad”, como pocos años más tarde los
bautizaría el presidente norteamericano Ronald Reagan.
A mediados de octubre de 1975, mientras el
ejército de Zaire y fuerzas mercenarias reforzadas con armamento pesado y
asesores militares sudafricanos se aprestaban a lanzar nuevos ataques en el
norte de Angola, por el sur columnas de blindados sudafricanos entraron en el
país con el fin de ocupar la capital antes de la proclamación de la
independencia el 11 de noviembre.
En ese momento sólo había en Angola 480
instructores militares cubanos, en respuesta a la solicitud hecha por el
Presidente del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) Agostinho
Neto. Pero ante la inminencia del ataque, Cuba acordó enviar tropas que
combatieran a los ejércitos de Sudáfrica, la mayor y más rica potencia en ese
continente, y de Zaire, el más rico y bien armado títere de Europa y Estados
Unidos.
A más de 10 mil kilómetros de distancia,
Cuba inició la que dio en llamarse Operación Carlota, nombre en clave de la más
justa, prolongada, masiva y exitosa campaña militar internacionalista de
cuantas realizara hasta la fecha. El imperio no pudo alcanzar sus propósitos de
desmembrar Angola y escamotear su independencia, y nunca imaginó que un país
del Tercer Mundo, actuando en apoyo de otro pueblo, les iba a derrotar en un
campo de batalla.
La agresión imperialista fue detenida en
poco más de un mes. 36 mil soldados cubanos se encargaron de hacer retroceder
al ejército racista sudafricano más de 1.000 kilómetros hasta su punto de
partida, la frontera de Angola y Namibia, enclave colonial del gobierno del
apartheid. Por el norte, en pocas semanas las tropas regulares de Mobutu y los
mercenarios habían sido también expulsados del territorio angoleño.
Tras esta primera victoria, Cuba acordó la
retirada paulatina de sus tropas a medida que la República Popular de Angola
iba formando su propio ejército. Pero a principios de los 80 los gobiernos de
Pretoria y Washington retomaron su política de agresiones. En esa década creció
la lucha de los pueblos de Namibia, Zimbabwe y Sudáfrica contra el colonialismo
y el apartheid. Angola se convirtió en sólido baluarte de esos pueblos, a los
que Cuba brindó también todo su apoyo. Los crímenes del régimen del apartheid
se sucedieron.
A finales de 1987 se produjo la última gran
invasión contra Angola. Sudáfrica y Estados Unidos lanzaron el último y más
amenazador golpe contra el país. Pese al serio peligro de agresión militar que
también enfrentaba Cuba, el gobierno revolucionario decidió de nuevo reunir a
las fuerzas necesarias para asestar un golpe definitivo a las pretensiones
sudafricanas. Como en 1975, un número ingente de tropas y medios de combate
cruzaron rápidamente el Atlántico, desembarcando en la costa sur del país, para
atacar junto al ejército angoleño a las poderosas fuerzas sudafricanas.
Esta vez fueron 55 mil los soldados cubanos
que pusieron punto final a la agresión militar extranjera contra Angola. Pero
suman millones los hombres y mujeres que aseguraron desde Cuba el éxito de cada
misión y se esforzaron para que nada faltara a la familia del combatiente o
colaborador civil. La gesta resultó decisiva para consolidar la independencia
de Angola y alcanzar la de Namibia. Fue además una contribución significativa a
la liberación de Zimbabwe y a la desaparición del odioso régimen del apartheid
en Sudáfrica. En total más de 300.000 combatientes internacionalistas, y cerca
de 50.000 colaboradores civiles cubanos, se ofrecieron de forma voluntaria para
una misión que no tiene parangón en la historia.
El verdadero motivo: el petróleo
Los recursos naturales de Angola son
importantes en comparación con la mayoría de los países africanos,
especialmente adecuados para el desarrollo de la economía industrial. Existen
grandes reservas de petróleo y gas, concentradas en las zonas marítimas de la
costa alrededor de Cabinda y el estuario del Congo. La calidad del crudo es
generalmente buena, con bajo contenido de azufre. En la región de Cabinda se
extraen aproximadamente 900.000 barriles al día, lo que implica el 60% de la
producción total de petróleo de Angola.
Además, en amplias zonas del noreste de
Angola existen yacimientos de diamantes, y otras piedras preciosas para usos
industriales. En el suroeste hay grandes depósitos de mineral de bajo grado. En
todo el país, especialmente en las alas, entre la franja costera y la meseta
central, se sabe que existen cantidades explotables de otros minerales y
metales.
Durante la guerra, ambos bandos lucharon
por dominar los recursos naturales del país para financiar su lucha. El
gobierno del MPLA se financiaba con los recursos proporcionados por las
exportaciones de petróleo en la costa, mientras que la UNITA lo hacía con el
contrabando de diamantes.
Fidel_Castro_-_MATS_Terminal_Washington_1959Fidel
Castro denunció las intenciones de Estados Unidos en la Guerra de Angola, en
una célebre intervención en la Asamblea General de la ONU:
“Lo tenían todo planeado desde hace mucho
años, cuando los imperialistas sabían que, algún día, esas colonias se
liberarían, empezaron a organizar sus movimientos. Cabinda tiene grandes
recursos petroleros. Esa es una de las razones por las que los imperialistas
quieren apoderarse de Angola. Y así organizaron el FLNA, con gente de la CIA.
Algunos imperialistas se preguntan porqué ayudamos a los angoleños, que qué
intereses tenemos nosotros allí. Ellos están acostumbrados a pensar que cuando
un país hace algo es porque está buscando petróleo, diamantes, cobre o algún
recurso natural. No. Nosotros no buscamos ningún interés material. Y los
imperialistas es lógico que no lo entiendan, porque se guían por criterios
exclusivamente chovinistas, nacionalistas, egoístas. Nosotros estamos
cumpliendo un elemental deber internacionalista cuando ayudamos al pueblo de Angola.”
VIDEO: Discurso de Fidel Castro en la ONU
sobre el imperialismo y la guerra en Angola
Fidel Castro se tomó muy en serio el
conflicto de Angola. La participación cubana en la Guerra civil de Angola fue
muy importante, ya que combatió no sólo contra los enemigos del gobierno
angoleño, sino también contra tropas de Zaire, ejércitos armados, financiados y
asesorados por EEUU y contra tropas del ejército de Sudáfrica, entonces
dominada por el gobierno racista del apartheid. El contingente militar cubano llegó
a tener 52.000 hombres y unos 1.000 carros de combate. Cerca de 450.000
médicos, maestros, ingenieros y soldados fueron enviados a Angola durante los
16 años que duró la operación.
La presencia de Cuba significó la derrota
de las tropas de Zaire, la derrota del ejército sudafricano, la derrota de las
tropas mantenidas por EEUU, y políticamente mantuvo la independencia de Angola,
creó las bases para la independencia de Namibia y comenzó el derrumbe del
apartheid en Sudáfrica.
VIDEO: Documental ‘La Guerra en Angola’
(1976). Este documental se encuentra en Youtube, dividido en 10 vídeos. En él
se analizan el papel de las tropas coloniales portuguesas, la injerencia a
través de mercenarios provenientes de los EEUU, la invasión del gobierno
racista de Sudáfrica y la división del país en señores de la guerra financiados
por los Estados Unidos en contra, todos, de los independentistas y patriotas
angoleños. En el fondo: el control de las riquezas minerales, petróleo y madera
por grandes corporaciones americanas y la influencia geoestratégica por parte
de Estados Unidos y su aliado sudafricano.
Invasión de la Isla de Granada (1983)
Captura de pantalla 2013-10-17 a la(s)
16.49.57Granada es un diminuto país insular situado al sur del Mar del Caribe.
Es una bella isla de apenas 90.000 habitantes, y que fue escenario de otro
movimiento imperialista por parte de Estados Unidos. En este caso los
americanos no fueron en busca de paz, tranquilidad o playas, sino con la
intención de quitar del poder a un gobierno que no les gustaba.
El 13 de Marzo de 1979 un movimiento
revolucionario popular llamado ‘New Jewel’ acabó con el gobierno del
pro-estadounidense Eric Gairy, quien, además de ser amigo íntimo de Augusto
Pinochet, era un hombre realmente extraño (fantaseaba con extraterrestres).
El Movimiento New Jewel nombró Primer
Ministro de Granada a Maurice Bishop, un carismático abogado con ideas
socialistas. Durante el gobierno de Bishop se pusieron en marcha políticas
sociales y Granada estrechó las relaciones con Cuba y la Unión Soviética. Entre
otros proyectos, se comenzó a construir un aeropuerto internacional que más
tarde sería utilizado por Estados Unidos como pretexto para la invasión.
Ciertos problemas dentro del gobierno de
Granada llevó a que el viceprimer ministro Bernard Coard arrebatara el poder a
Maurice Bishop y lo fusilara. Este estallido de inestabilidad fue el escenario
perfecto para que Estados Unidos decidiera intervenir. Por aquel entonces nadie
en el mundo conocía el país socialista de Granada, pero Estados Unidos estaba
seguro de que aquella isla y su aeropuerto eran una seria amenaza para su
seguridad nacional.
Ronald Reagan, entonces presidente de los
Estados Unidos, acusó al gobierno de Granada de utilizar el nuevo aeropuerto
como base militar soviética. Los norteamericanos fomentaron el clima de tensión
preparando una invasión de Granada con una feroz guerra mediática.
US_Army_Rangers_parachute_into_Grenada_during_Operation_Urgent_FuryLa
invasión, que comenzó a las 05:00 el 25 de octubre, fue la primera gran
operación realizada por el ejército de los Estados Unidos desde la Guerra de
Vietnam. La lucha continuó durante varios días y el número total de efectivos
estadounidenses alcanzó unas 7.000. La fuerzas invasoras encontraron unos 1.500
soldados granadinos y unos 700 cubanos defendiendo la isla.
Tras la victoria de EEUU, el Gobernador
General de Granada, Paul Scoon, nombró un nuevo gobierno y, a mediados de
Diciembre de 1983, las fuerzas estadounidenses, se retiraron. Estados Unidos
había conseguido restaurar un gobierno afin políticamente, aunque fuera en una
diminuta isla del caribe.
Después de la invasión, Margaret Thatcher
escribió al Presidente Reagan: “Esta acción será vista como una intervención
por un país occidental en los asuntos internos de una pequeña nación
independiente, por mucho que nos desagrade su régimen.”
Lo más curioso es que, finalmente, el
peligroso aeropuerto fue terminado con ayuda estadounidense años más tarde.
Este aeropuerto fue una de las justificaciones de la invasión, ya que los
norteamericanos afirmaban que se estaba construyendo para uso militar conjunto
entre Cuba y la URSS. Sin embargo, después de la invasión se probó que
solamente había trabajadores civiles cubanos y ningún asesor militar cubano o
soviético, y que el aeropuerto lo había promovido Maurice Bishop para mejorar
el turismo en Granada. Durante la invasión, los estadounidenses tomaron por
asalto el aeropuerto en construcción, muriendo varios obreros civiles cubanos.
Comentario final
Después de este extenso repaso por algunos
de los momentos históricos más representativos del imperialismo, podemos
concluir que el problema que tienen los Estados Unidos de América es que se
creen poseedores de la verdad absoluta. Lo que ellos hacen es lo que está bien.
La american way of life, el sueño americano, debe ser el objetivo a alcanzar
por todos los pueblos de la Tierra.
Y así es como se ven ellos mismos. Los
Estados Unidos se creen la democracia, la seguridad, la paz del mundo. Creen
que son ellos los encargados de velar por el resto del planeta. Se ven
obligados a intervenir en todos los conflictos del mundo, aunque les sean
ajenos. Lo hacen por el bien de la Humanidad.
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